Valadrem

«Parecen fuegos de artificio»

19 de septiembre de 2024

Palworld

Aunque Palworld fue enormemente popular a principios de año, no fue hasta hace cosa de un par de meses que me decidí a darle una oportunidad. En estos dos meses le he dedicado puede que unas 100 horas y eso que todavía no he llegado a acabar las misiones principales. Contra todo pronóstico, estoy encantado con el juego. Tenía pensado escribir una entrada más adelante pero, dadas las circunstancias, he pensado que igual para luego es tarde.
No deja de ser curioso que el principal motivo que me llevó a evitar el juego del que todo el mundo hablaba era, precisamente, su fama de ser Pokémon con pistolas. No voy a pretender que, después de años celebrando el mítico «parecen fuegos de artificio», tenga nada en contra de Pokémon. Jugué a Pokémon Rojo hace un millón de años y guardo con aún más cariño el recuerdo de las horas que le eché a Pokémon Oro. Sin embargo, no conseguí pillarle el punto a Rubí y no llegué a interesarme por ninguno de los subsiguientes cienes de juegos que vinieron después. Pokémon podía ser algo para recordar, pero no algo a lo que mereciera la pena dedicar más tiempo. A priori, plagio o no, la idea de añadir pistolas a la ecuación no lo hacía en modo alguno más atractivo, así que durante meses ignoré Palworld por completo.

A principios de julio empecé a ver nuevamente gente hablando sobre el juego. La cresta de la ola de la moda había remitido hace meses, pero acababa de lanzarse la primera gran actualización que añadía una isla entera y un montón de movidas más y todavía quedaba quien quería hablar de ello. Muchos de esos comentarios me hicieron darme cuenta de que, más que un mero clon de Pokémon con tiros, Palworld tenía algunas mecánicas que podían hacerlo interesante. Casi por casualidad me animé a probar el juego. Y quedé completamente enganchado.
Sí, es cierto que Palworld tiene cosas que recuerdan mucho a Pokémon. Mogollón de criaturas extrañas que capturamos con bolas especiales y pasan a hacernos caso cuando son nuestras. Diferentes tipos con fortalezas y debilidades. Ataques nuevos que se aprenden al pasar de nivel. Los parecidos llegan hasta a incluir algunas de las cosas que nunca tuvieron mucho sentido, como no poder capturar pokémon debilitados, o lo ridículo de estar forzado a capturar muchos pokémon para poder avanzar aunque te sepa mal que acaben viviendo en el PC de Bill cuando no los necesitas para nada y podrían estar mejor en el campo. Algo esto último que Palworld hace todavía más siniestro cuando ni siquiera puedes liberar pals y tus únicas opciones cuando el almacenamiento se llena es vendérselos a señores turbios o sacrificarlos.

Puede que ese punto edgy para intentar marcar diferencias con Pokémon sea lo más ridículo de Palworld. El juego empieza con algún comentario sobre lo cruel que es usar un bate para debilitar pals lo suficiente para poder capturarlos aun cuando hacia el final del juego (espoiler) estarás usando lanzacohetes contra los bichos de nivel más alto. Eso sin contar lo retorcido de que uno de los modos más sencillos de hacer tus pals más fuertes es metiendo muchos otros en una máquina siniestra para absorber su esencia. Y, sin embargo, a pesar de sus continuos esfuerzos por ser horrible, el juego tiene un encanto indiscutible.
A todo el rollo que puede recordar a Pokémon se añade un componente de supervivencia que hace el juego mucho más entretenido. Despertamos en una isla desconocida, sin ningún objeto. Antes de que llegue la noche debemos cuidarnos de recoger madera suficiente para hacer una fogata o un refugio. Y, a partir de ahí, en los días sucesivos iremos ampliando nuestra base con una mesa de trabajo en la que construir herramientas, o una pequeña granja con la que obtener alimentos. Todo ello con la ayuda de nuestros pals a los que, afortunadamente, podemos tratar con cariño si así lo decidimos.

Ir explorando el inmenso mapa que aparece completamente en negro al principio es una auténtica gozada. Una gran variedad de escenarios, diferentes climas a los que adaptarse, una fauna diferente en cada zona e incluso secretos escondidos aquí y allá para hacerlo todo aún más atractivo hacen de esta exploración algo que se puede saborear con calma. Conseguir una montura con la que avanzar más rápido por tierra, o con la que poder recorrer mayor distancia por el agua sin ahogarnos son grandes hitos que celebrar, y eso por no hablar de cuando obtenemos nuestro primer pájaro con el que poder ir a sitios que antes estaban fuera de nuestro alcance. En resumen, un juego que consigue hacer mucho más interesante la mera idea de simplemente capturar bichos con los que pelear, ya sea con pistolas o sin ellas.
Estaba retrasando esta entrada hasta que hubiera acabado el juego por algo que me llevaba molestando unos días. Así como al principio del juego la dificultad es bastante razonable, a medida que nos acercamos al final parece que el balance está un poco roto. Para poder avanzar a un nivel superior no basta ya con enfrentarnos a quienes nos encontremos paseando al azar, hay que ir activamente buscando enemigos. Muchos. Los objetos de alto nivel necesitan materiales cada vez más difíciles de conseguir, rozando lo absurdo en ocasiones. Casi parece que cuanto más cerca estamos del final estamos menos tiempo jugando y más simplemente grindeando, lo que es una pena para un juego que por lo demás funcionaba bastante bien.

Tengo la sensación de que parte de este problema viene dado, precisamente, por la actualización que me animó a empezar a jugar. Una actualización pensada, sobre todo, para gente que ya había jugado al juego y solo tenía un jefe nuevo al que enfrentarse, pero que probablemente no estaba lo suficientemente calculada para quien empezara desde cero, haciendo que ese nuevo jefe quedara quizás demasiado lejano. En cualquier caso, estos problemas hacia el final no desmerecen en absoluto las horas y horas de entretenimiento que tenemos por delante desde que ponemos el pie en las islas Palpagos.
Palworld es un juego en beta. Según admiten los propios creadores, está sin acabar y además de la isla que se reveló en verano quedaban varias otras pendientes de añadir. Las mejoras de rendimiento y correcciones de errores que he podido disfrutar estos meses me hacían confiar en que algunos de los problemas que todavía tenía el juego fuesen resolviéndose poco a poco. Por desgracia, Nintendo ha decidido que ya ha tenido suficiente y hace apenas unas horas ha denunciado a los creadores de Palworld. Es difícil saber qué pasará a continuación, pero no sería de extrañar que una vez más la empresa más mafiosa del mundo de los videojuegos se saliese con la suya y este sea el final de Palworld.

Sería una pena que así fuese.

Etiquetas: ,

🔗 | Publicado: 22:24

Archivo