Valadrem

«Parecen fuegos de artificio»

15 de julio de 2023

F. Ibáñez

Hace ya más años de los que merece la pena contar, en una mudanza especialmente traumática, perdí una gran colección de libros de Mortadelo. Muchos de ellos eran ediciones muy antiguas, heredadas de un primo que en sus años mozos también era un gran admirador de los agentes de la TIA. Otros tantos eran regalos de cumpleaños, cuando no podía faltar algún álbum de Super Humor. Si no me falla la memoria, incluso tenía algunos que habían sido expurgados de la biblioteca más cercana por su mal estado y conseguí que me los regalaran. Una colección completamente despareja, incompleta y caótica, pero que durante años fue uno de mis bienes más preciados. Sería imposible cuantificar cuántas horas le dediqué a aquellos maravillosos tebeos.

Aunque aquella colección no fue lo único que perdí en la mudanza, esa pérdida fue lo suficientemente significativa como para que la mencionara alguna vez en mis conversaciones con mis amigos. Algún tiempo después, uno de estos amigos me consiguió una colección de tebeos de Mortadelo escaneados con los que paliar la pérdida. Aunque no era lo mismo que tener mis viejos tomos de papel gastado, me pareció un gesto maravilloso.
Hoy que hemos perdido al maestro Francisco Ibáñez, no he podido evitar acordarme de aquellos tebeos escaneados. Aunque no deja de ser horrible piratería y todo lo que quieras, imagino la cantidad de horas que llevaría escanear todos aquellos libros. Un trabajo hercúleo que, violaciones de leyes varias aparte, muy probablemente nació del corazón, de alguien que amaba los libros de Mortadelo y Filemón tanto como yo. Tanto como mi amigo cuando entendió lo traumática que fue mi pérdida y quiso hacer algo para animarme. Tanto como el resto del mundo en este país. Porque, creo que no hace falta ni decirlo, Ibáñez no era alguien que podía sonarte o no, era patrimonio vivo de España y era imposible no admirarle.

Nos hemos quedado huérfanos del más grande, del tesoro del tebeo español. Pero tuviéramos o no una enorme colección, dedicáramos o no incontables horas a intentar preservar sus libros escaneándolos o simplemente bajándolos con un módem de 56k, millones de españoles crecimos leyendo su obra y hoy forma parte de lo que todos nosotros somos. Merluzos, alcornoques o botarates, si hay algo que nos une es la fantástica obra de Ibáñez y nunca podremos estar lo suficientemente agradecidos. Gracias, maestro.

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🔗 | Publicado: 21:52

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