Valadrem

«Parecen fuegos de artificio»

11 de junio de 2019

Ponis en el armario

Estamos de celebración. Es el mes del Orgullo, ese mes del año en el que las compañías celebran lo muy a tope que están con los derechos de los homosexuales cambiando sus avatares en las redes sociales por otros nuevos con la bandera del arcoíris que quedan súpercuquis. Tras años de práctica usando la conmemoración de una tragedia como una burda excusa para sacar dinero, uno podría esperar que las compañías ya tuviesen al menos cierta práctica con el tema y no la cagasen demasiado. Por eso resultan llamativos momentos de absoluta vergüenza ajena como este.


Coincidiendo con la celebración del mes del Orgullo (oh, qué increíblemente apropiada coincidencia), My Little Pony tendrá por fin una pareja gay. ¡Yay!... ¿no?

Bueno, veamos un poco de historia pony. Estas son Lyra y Bon Bon. Son amigas, viven juntas, trabajan juntas, comen juntas y disfrutan de largas charlas juntas, van a bodas y espectáculos juntas, se hacen fotos en fotomatones juntas, se ponen flores en el pelo y celebran el equivalente pony de San Valentín con regalos juntas. También hacen esto de mirarse a los ojos muy de cerca. Juntas.


Pero por lo visto no son lesbianas. La serie nunca tuvo motivo alguno para confirmar que fuesen lesbianas, tampoco lo tuvo para negarlo. Simplemente las hemos estado viendo juntas durante años y Hasbro llegó a usar una imagen de ellas en una tarjeta de San Valentín. Pero no, parece ser que no son lesbianas. Lyra y Bon Bon no son las únicas ponis del mismo sexo que hemos podido ver compartiendo plano y a lo largo de nueve temporadas hemos visto otras parejas que a un ojo inexperto podrían hacer creer que gais o lesbianas forman parte del día a día de Equestria. Qué equivocados estábamos, la hostia.


Entonces, ¿está bien que, por fin, aunque sea tan tarde, la serie finalmente tenga abiertamente una pareja del mismo sexo? ¿No? Bueno, tal vez lo estaría si hubiese pasado. Pero es que no ha pasado. El lamentable episodio del que presume Hasbro, convenientemente escrito por una de las productoras de la serie, una ejecutiva, jamás confirma en modo alguno que estos nuevos personajes sean realmente una pareja. De hecho, haciendo gala de una cobardía extrema, estos personajes ni siquiera llegan a tener momentos románticos como sí los tuvieron esos otros personajes que ahora, por lo visto, nunca fueron homosexuales. Que somos muy gay-friendly, pero tampoco queremos enfadar a los alt-righters, ¿sa'es? Literalmente la única confirmación de que estas dos ponis son lesbianas es la nota de prensa que Hasbro ha enviado a algunos medios para presumir de lo chupi modernos que son (?) y un puto tuit (no, en serio) de otro ejecutivo de Hasbro.

La confirmación "oficial" pero a escondidas de que estos dos nuevos personajes son los primeros ponis homosexuales en nueve años no es ningún logro. Es todo lo contrario. Es la confirmación de que todos los otros personajes que se presuponían homosexuales en realidad no lo eran. Es la confirmación de que algo que parecía completamente normal en Equestria a juzgar por los ponis que veíamos con parejas del mismo sexo se convierte en una rareza de circo cuando solo una (1) pareja de entre cientos de ponis es realmente homosexual, Deus dixit.


Borrar de un plumazo (ja) la existencia de cualquier otro pony homosexual es en sí mismo un disparate mayúsculo. Pero ni siquiera es el único crimen del episodio. Consciente de que meter dos lesbianas en la serie de la nada así sin ningún motivo quedaría como raro, la ejecutiva que firma el episodio decide que esta pareja en realidad es familia de una de las ponis que conocemos, Scootaloo. Y aquí es donde ya se jode todo hasta unos límites asombrosos.

Originalmente pensada como una potrilla un poco trasto con unos padres demasiado ocupados, se suponía que Scootaloo simplemente escapaba de su niñera de turno para ir a ver volar a Rainbow Dash. A medida que la serie avanzó y Scootaloo pasó de personaje ocasional a personaje recurrente seguíamos sin saber nada de su familia, por lo que los planes cambiaron: Rainbow Dash ya no era la estrella que huía de su insistente fan, sino que empezó a preocuparse por ella y pasó a tomar el rol de hermana mayor. En las excursiones en las que las amigas de Scootaloo iban de acampada con sus hermanas mayores, era Rainbow Dash quien estaba allí. Era Rainbow Dash quien acompañaba a Scootaloo el durísimo día en el que esta finalmente se dio cuenta de que no podía volar. Y fue a Rainbow Dash a quien Scootaloo confesó que nunca nadie le había apoyado, una descorazonadora confesión que llevaría a uno de los momentos más emotivos de la serie cuando (espoiler) los propios padres de Rainbow Dash acaban considerándola parte de la famila.


Completamente ajena a todo esto, la ejecutiva que firma el episodio que nos ocupa decide que nada de esto pasó jamás. Scootaloo nunca estuvo abandonada porque siempre pudo contar con sus molonas tías. Es falso que Scootaloo no tuviese a nadie, porque sus tías la quieren muchísimo que te cagas, aunque no las hayamos visto hasta ahora porque patata. Años de desarrollo de un personaje no importan una puta mierda si puedes cambiar el pasado de todo dios en una tarde e inventarte uno nuevo donde tus nuevos personajes que son lo que toca este mes son la hostia en vinagre.

The Last Crusade tiene el dudoso honor de convertirse en uno de los máximos exponentes del cinismo de las grandes corporaciones que dicen defender cosas que no les importan una mierda. Un episodio que ignora años de historias solo para mostrar que dos lesbianas molan mucho. Un episodio cobarde y patético que ni siquiera se atreve a decir abiertamente que sus lesbianas que molan mazo son realmente lesbianas. Un episodio con una campaña promocional tan absolutamente ridícula e inicua que lo único que hace es insinuar accidentalmente que en todo el puto país de Equestria solo hay dos ponis homosexuales, justo las que hacían falta para el episodio. Un episodio que ni siquiera intenta ocultar que literalmente solo existe para quedar bien durante el Orgullo.
Una puta vergüenza.


Actualizado: Al parecer los fans de la serie no éramos los únicos que teníamos algo que decir a propósito de los ejecutivos que se inventan sus propios personajes para quedar guay en las noticias a costa de ignorar los personajes que llevan en la serie nueve años. En el último episodio de la serie antes del lamentable final, Lyra y Bon Bon por fin dan el gran paso.


El esperadísimo momento transcurre en el fondo de una escena en nada relacionada con los personajes. Tristemente, es lo máximo que los animadores se podían permitir colar en un (por lo demás) más que olvidable episodio en el que no se suponía que pasara esto. Irónicamente, el episodio está firmado por uno de los dos ejecutivos que crearon las dos lesbianas oficialmente aprobadas por Hasbro. En ninguna parte de su guión se menciona en absoluto esta escena, de la que él no tuvo absolutamente nada que ver (muy probablemente ni siquiera había visto estos personajes antes), pero eso no le ha impedido anotarse el tanto al ver el episodio por primera vez.

No es un gran triunfo, pero no puedo sino celebrar que al menos la historia tenga un final aceptable. Resulta satisfactorio que, en contra de lo que unos hipócritas de mierda quisieron vender, en Equestria sí que hay más de una pareja gay. Y es más que fantástico que, después de todo, aquellos ridículos personajes creados por ejecutivos no tengan absolutamente nada de especial.

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🔗 | Publicado: 12:36

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