Aunque ayer
hablaba de Google y su repugnante plan para convertir Android en una copia cutre de iOS, no deja de ser curioso que este anuncio se haya producido justo ahora.
Precisamente ahora.
En las últimas cinco semanas, Steam e itch.io se han visto obligados a censurar miles de juegos, completamente legales, única y exclusivamente porque no le gustaban a una organización ultracatólica de Australia que por lo visto tiene autoridad en todo el mundo porque patata. Tras protestar contra este disparate, Steam ha visto como su proveedores de pagos tomaban represalias y bloqueaban los pagos a la plataforma en docenas de países, todo un aviso a navegantes para recordar que ni siquiera la mayor plataforma de videojuegos está a salvo de la ira de los de arriba y que, cuando los que mandan te vacilan, tú te callas y lo asimilas.
Dentro de estas mismas cinco semanas, ha entrado en vigor en el Reino Unido una ley demencial que, esencialmente, hace que foros y blogs con comentarios pasen a ser ilegales y que obliga a fichar a los visitantes de las páginas web como si de delincuentes se trataran. Una ley que, curiosamente, ha servido de excusa para que Twitter se suba al carro y sin ninguna base legal demande también a los visitantes de la Unión Europea que se hagan una foto si quieren acceder a los contenidos que la plataforma considere
inapropiados, como pudieran ser los vídeos mostrando los genocidios que financiamos en territorio ocupado, que nadie necesita ver eso.
Dentro de estas mismas cinco semanas, Google no se ha conformado con destrozar Android, también ha anunciado sus planes para utilizar inteligencia artificial para identificar en todo momento a los usuarios de YouTube y su búsqueda web por si acaso no te apetece iniciar sesión, ahí, como si fueras un puto terrorista, así como la desquiciada amenaza de obligar a los usuarios a presentar un documento de identidad cuando la inteligencia artificial falle.
Dentro de estas mismas cinco semanas, una surrealista denuncia contra Roblox, plataforma de juego alabada por asociaciones de padres gracias a sus ejemplares controles parentales, ha llevado a que en un tiempo récord, para nada sospechoso, miembros del gobierno de Trump avisen de que la única solución a un problema que, literalmente, no existe, es obligar a todo el mundo a usar un documento de identidad en internet. Para que no queden dudas, la denuncia se basa en que
vigilantes "anónimos" que querían documentar un supuesto abuso a menores veían como al intentar participar en conversaciones con depredadores acababan
baneados como todos los otros miembros, con lo que no hacían sino probar una y otra vez que los controles funcionaban. Pero no dejemos que la realidad nos estropee los planes, así que p'alante.
Y también dentro de estas mismas cinco semanas, la ilegítima y antidemocrática Comisión Europea ha anunciado, una vez más, su intención de sacar adelante su plan para violar la correspondencia privada de todos los ciudadanos de la Unión Europea. Que, por cierto, es algo a lo que no se ha atrevido ni siquiera esa malvada China que tanto debemos temer. Menos mal que las violaciones masivas de los derechos humanos están to guapas cuando eres una
democracia occidental, que si no igual hasta quedábamos mal.
Eso por no mencionar que dentro de estas mismas cinco semanas, la Liga española, de la mano de Movistar, ha retomado esa divertidísima costumbre con la que ya nos tuvieron entretenidos hace unos meses de bloquear sin motivo y durante horas y horas miles de páginas que no tienen absolutamente nada que ver con la piratería ni con su puto cáncer de seudodeporte para subnormales. No sea que alguien se crea que internet se debería poder usar para algo más que para suscribirse a Movistar LaLiga de los Cojones Plus para ver a unos cuantos millonarios gilipollas haciendo el imbécil un rato antes de irse de putas.
Todo en
las mismas cinco putas semanas. Un ataque tras otro a internet, un ataque tras otro a la libertad, desde todos los flancos a la vez:
cristofreaks, bancos,
big tech, el Reino Unido, Trump, la Unión Europea, el puto fútbol. Actores supuestamente muy diferentes pero, por lo que sea, todos de acuerdo en lo mismo. Una guerra sin cuartel, por saturación, en la que lo único que importa es recordar quién manda y que si alguien está pensando en salirse del guion mejor que se lo piense otra vez por si acaso. ¿Con qué mierda nos atacarán hoy? ¿Y mañana? ¿Y la semana que viene?
Etiquetas: Democracia fetén, Libertad