Valadrem

«Parecen fuegos de artificio»

21 de mayo de 2022

Chip y Chop: Los guardianes rescatadores (2022)

Cuando intervienen ya no hay que temer
Los malos tienen que correr


Canción de cabecera
Chip y Chop: Guardianes rescatadores (1989)



Como mucha otra gente de mi generación, le tengo un enorme cariño a aquella serie de Chip y Chop que vimos en los primeros noventa. Es cierto que a estas alturas mis recuerdos están bastante borrosos y no he vuelto a ver ningún episodio desde hace ya casi treinta años, pero eso no impide que mi respuesta instintiva cuando hay que llamar a alguien no sea sugerir los Cazafantasmas, sino los Rescatadores, ni que todavía a día de hoy, aunque sea muy de vez en cuando, aún canturreo malamente la canción de la cabecera alguna vez. Creo que un buen resumen de esta distante pero afectuosa relación es que aún recuerdo cuando alguien me hizo notar que, en contra de lo que llevaba como dos décadas repitiendo, en realidad la canción de la serie nunca había dicho "cuando intervienen nada hay que temer / todo lo pueden resolver".
Si el regreso de los Guardianes Rescatadores hubiese sido como el de aquella que fuera su serie hermana en el primer Club Disney de Televisión Española, probablemente no le habría prestado ninguna atención. Apenas llegué a ver un par de episodios de las nuevas Patoaventuras de 2017, pero incluso aunque me pareció una serie bastante agradable e infinitamente superior a otros experimentos como el vergonzoso engendro de las Supernenas de 2016, la nueva encarnación de los patos no consiguió engancharme.

Así y todo, tenía bastante curiosidad por la nueva película que llegaba esta semana a Disney+, Chip y Chop: Los guardianes rescatadores. No tanto porque fuese una película que estuviese esperando en modo alguno, sino porque me resultaba harto enigmática, confusa incluso. Al contrario que las renovadas Patoaventuras que eran una actualización del clásico, esos Chip y Chop parecían simplemente los de la serie original, más o menos. ¿Por qué precisamente aquella versión de las ardillas si Chip y Chop eran personajes de Disney desde mucho antes? ¿Tiene sentido mantener una referencia a Magnum tanto tiempo después? ¿Es suficiente motivo para hacer una película la potencial nostalgia de una serie que llevaba treinta años en el cajón?

Ni la sinopsis de la película ni el tráiler aclaraban demasiado. ¿Era un sentido homenaje? ¿Una cruda parodia? ¿El enésimo refrito que no es más que una simple excusa cutre para sacar dinero?
Después de haber visto la película, la respuesta puede resumirse en... . Sí, es todo eso y alguna otra cosa. La película se las apaña para tocar todos los palos, tanto para bien como para mal. Hay algunas escenas muy, muy divertidas, seguidas de otras escenas muy, muy forzadas. Giros dignos de aplauso y otros que causan bochorno. Ideas brillantes y otras del montón. Un auténtico batiburrillo. Entonces, ¿merece la pena? Para mí la respuesta vuelve a ser un, en este caso más que rotundo, .



Chip y Chop no es una película para todo el mundo. Enormemente marcada por la nostalgia, puede que no le diga demasiado a la gente que no le guarde cariño a las ardillas. Su parte de parodia puede resultar molesta a quien la encuentre poco respetuosa con el material original, mientras que en su vertiente de homenaje puede llegar a resultar incluso algo ñoña. Me atrevería a decir, no es una película para la eternidad. Pero tampoco es, en absoluto, una película que pase sin más, destinada a olvidarse cinco minutos después de vista. Para quien tenga la suerte de estar dentro del grupo de gente capaz de disfrutarla, Chip y Chop es una delicia. ¿Imperfecta? Sí. ¿Entretenida? Muchísimo más.
Creo que, irónicamente, una de las cosas más bonitas de esta película es el mero hecho de que exista tal cual es. A la vista está, en Disney eran plenamente conscientes de que no estaban haciendo su próximo clásico, no ya solamente por el estreno directo en Disney+, sino porque incluso se puede ver dónde se metió tijera en el presupuesto. Algo especialmente notable en el caso de Chip, que debería estar animado a mano, pero acabo siendo un modelo 3D disimulado con cell shading.

La película podría haberse quedado en una cutre copia de los Pitufos llevando a las ardillas a la ciudad, pero gracias a su guion es mucho más que eso. Las limitaciones de presupuesto podían haberse cargado los cameos que aderezan el metraje, pero estos están hechos con el máximo cariño. Se veía venir un auténtico desastre en potencia e incluso podemos ver las grietas por donde todo podía haber saltado por los aires, pero pese a todo la película consigue resistir y salir del paso con una enorme dignidad.

Incluso si nadie se acuerda de esta encantadora película en un par de años, nadie le podrá quitar el triunfo de que, contra todo pronóstico, es una auténtica gozada.
Tal vez mi mala memoria sí que tenía razón después de todo.
Cuando intervienen nada hay que temer, todo lo pueden resolver.

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🔗 | Publicado: 22:09

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