Valadrem

«Parecen fuegos de artificio»

26 de junio de 2025

Nine Sols

Y si en la anterior entrada hablaba de juegos sencillos y amables, hoy es el turno de algo bastante opuesto. Uno de los juegos más difíciles a los que he jugado, violento, y que incluso llega a abrazar el gore en algún momento. Hoy voy a hablar de Nine Sols.
Nine Sols tiene una parte importante de juego de plataformas, pero creo que lo que más lo define es que es uno de esos juegos en los que toca morir muchas, muchas, muchas veces cada vez que te enfrentes a un jefe hasta que consigas hacerte con sus movimientos. Un tipo de juego por el que normalmente no tengo el más mínimo interés y, como ya comenté en alguna entrada anterior, es esta aversión algo que me ha mantenido alejado de la saga Dark Souls, pero en este caso no ha impedido que el juego haya conseguido engancharme hasta el final.
A este inesperado interés han contribuido dos factores. En primer lugar, el combate. Los controles en todo el juego son una delicia, incluso en los movimientos más complicados sientes que el mando responde, pero donde más luce el combate en Nine Sols es en la importancia del parrying, cuando parar los ataques del enemigo es en ocasiones casi más importante que atacar directamente. No es una mecánica completamente original, los desarrolladores del juego abiertamente reconocen que está inspirada por Sekiro, que es un juego que tampoco conocía, pero en cualquier caso funciona realmente bien y resulta sorprendentemente satisfactoria.
El otro factor, más importante si cabe, es la historia. Nine Sols no es un mero juego de exploración en el que vas recorriendo mazmorras a ver qué pasa, lo haces por un buen motivo. Sin querer destripar demasiado sí que puedo añadir que el juego, desarrollado en Taiwán, incluye constantes alusiones a la mitología china, con mención especial al Taoísmo, lo que mezclado con la temática de ciencia ficción de la historia crea una combinación realmente curiosa y adictiva. Tanto es así que, aunque el juego estaba claramente por encima de mi nivel y algunas partes me costaron más tiempo del que me gustaría reconocer, querer conocer más de la historia era uno de los mayores alicientes para seguir adelante.
Reconozco que cuando empecé Nine Sols no esperaba gran cosa, pero acabó siendo uno de los juegos que más me han enganchado, es, de lejos, el juego más difícil que me he molestado en completar al 100% y está muy arriba en mi lista de juegos recomendados. Soy consciente de que esta entrada queda bastante coja porque ni siquiera he hecho un resumen somero de la historia, pero cuando empecé a jugarlo yo no sabía más de lo que he puesto en esta entrada y, creo, eso hizo que ir descubriendo el juego fuese incluso más interesante, así que voy a dejarlo aquí.
Añadir que, además de obviamente en Steam, el juego también está a la venta en la web de los desarrolladores, en una versión sin DRM, lo cual siempre es de agradecer.

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🔗 | Publicado: 12:55

20 de junio de 2025

Zorros con suerte y gatos pequeños

Retomo mis críticas en profundidad de videojuegos para comentar por encima dos a los que, aunque jugué hace ya algún tiempo, me apetecía dejar por escrito por estos lares.

Empiezo con Super Lucky's Tale. Un juego de plataformas protagonizado por un zorrito que deberá recorrer distintos mundos para recoger tréboles de cuatro hojas con los que ayudar a su hermana a proteger un libro mágico.
Abiertamente inspirado por juegos de plataformas clásicos, el juego es parada imprescindible para quien disfrutara con títulos como Super Mario 64. Muy especialmente Super Mario 64, de hecho. El funcionamiento de algunos niveles, el modo de conseguir los distintos tréboles, o incluso el propio uso de un overworld recuerdan enormemente las aventuras del pequeño fontanero pero, lejos de sentirse como una burda copia, los carismáticos personajes y lo variado de los niveles hacen que sea una experiencia muy entretenida y más que recomendable. Tanto es así que, emulando mi logro hace veintipico de años cuando conseguí las 120 estrellas del SM64, también aquí he conseguido todos los tréboles aunque no fueran necesarios para llegar hasta el final.
Super Lucky's Tale es la secuela de Lucky's Tale, un juego para gafas de realidad virtual que, lamentablemente, no he tenido ocasión de probar. En su salto a juego de plataformas convencional, tanto los controles como muy especialmente la cámara quedaron un poco a medio hacer. De hecho, recuerdo al menos dos puntos concretos en los que hay que avanzar literalmente a ciegas brevemente porque es imposible ver al personaje. Por culpa de esto, el juego recibió algunas críticas muy negativas. Aun así, discrepo completamente de estas críticas, probablemente porque la cámara del Super Mario 64 original ya era lo suficientemente horrible como para que esté curado de espanto y creo que, dejando de lado esos detalles puntuales, el juego es realmente muy agradecido.
Un par de años después, el mismo estudio lanzó New Super Lucky's Tale, un remake que arreglaría muchos de los problemas del original y recibió unas críticas muchísimo más positivas. Todavía no he tenido ocasión de jugar a este remake, más que nada porque entiendo que será muy parecido al juego al que ya he jugado, así que prefiero esperar algo más de tiempo antes de ponerme con él, pero en cualquier caso y, en contra de la opinión de la crítica, sí que creo que por muy bien que esté el remake, en mi opinión el original también es un juego muy digno de atención.

El otro juego del que quiero hablar hoy es Little Kitty, Big City.
Cuando el año pasado hablé de Stray, comenté que me había dejado un regusto agridulce. Me gustaba gran parte del juego, pero me parecía que la historia era demasiado exagerada, por así decirlo, y mencionaba que me gustaría haber visto un juego más sencillo que se centrara en los puntos cotidianos del juego. Parece que no fui el único que pensó algo así, porque LKBC es, casi exactamente, el juego que esperaba encontrar cuando empecé a jugar Stray.
En LKBC nos ponemos en la piel de un gato que está echando la siesta en su ventana cuando por accidente cae a la calle y tiene que buscar el modo de volver a casa, para lo que tendrá que recorrer toda la ciudad. Un comienzo similar al de su referente, pero que da lugar a un juego muchísimo más blanco y amable. Además de, obviamente, esta enorme diferencia de tono, otra diferencia entre ambos juegos es el estilo visual. LKBC apuesta por una estética de dibujo animado que no consigue ser tan espectacular como aquellos fantásticos gráficos que vimos en Stray, pero sin ninguna duda resulta realmente adorable.
Tengo la sensación de que este encantador juego no recibió ni de lejos la atención que tuvo Stray en su día, pero a mí me pareció una auténtica delicia y estoy seguro de que mucha más gente lo disfrutaría igualmente si lo conociera, así que no quería dejar pasar la oportunidad de hablar de él. Por cierto, tampoco quiero olvidarme de la fantástica traducción al español, algo a lo que no suele prestarse mucha atención pero que en un juego con bastantes juegos de palabras e incluso alguna rima, todo ello resuelto de modo sobresaliente, me pareció un trabajo realmente bien hecho.

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🔗 | Publicado: 13:18

25 de mayo de 2025

Wake me up

En uno de los episodios de la segunda temporada de Los ensayos, la serie de Nathan Fielder, toma un especial protagonismo la canción Bring Me To Life de Evanescence. Además de un clásico intemporal, es una canción con una historia bastante curiosa. Historia que, por quedar fuera del tema del episodio, no llega a mencionarse, pero me parece interesante conocer.
Escrita en el año 2000 pero lanzada en el 2003 como sencillo del primer álbum del grupo, Fallen, la canción originalmente iba a ser... diferente. Amy Lee, compositora del tema y vocalista del grupo, intentó defender su visión, pero ante la negativa de la discográfica a producir el disco si no se aceptaban sus cambios, acabó cediendo y así nació la versión que todos conocemos y hemos oído cientos de veces. Una versión en la que la voz de Amy Lee se complementa con unos coros en forma de rap por Paul McCoy como estrella invitada.



Aunque este rap acabó marcado a fuego como hito en la historia de la música, no se incluyó por amor al arte. La discográfica estaba convencida de que nadie querría oír una canción de metal solo con una voz femenina. Temor que, según se haría público años después, venía causado muy especialmente por los aún recientes atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos y la idea de que una voz potente de mujer haría sentir emasculados a los pobres americanitos. Incluir un rapero varón cantando encima de la voz de mujer fue la solución que encontró la discográfica para vender un grupo que consideraban imposible de promocionar.

La extraordinaria acogida del sencillo llevó a que esta modificación pasase a considerarse como uno de los mayores ejemplos de executive meddling exitoso. No sería hasta muchos años después, en 2017, cuando Amy Lee volvió a grabar Bring Me To Life solo con su voz. Lo hizo para el disco Synthesis, aunque en una versión con unos arreglos tan diferentes que casi parece enteramente otra canción, con lo que la comparación con el original manoseado por aquel temor machista resulta poco menos que imposible.



Es imposible saber si, contra lo que mantenía la misoginia de la discográfica, el Bring Me To Life original habría podido tener el mismo éxito sin añadir berridos extemporáneos encima. Lo que, por suerte, no es imposible es saber cómo habría sonado esa versión que se supone que nadie querría oír. Y suena fantástica.

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🔗 | Publicado: 19:38

11 de febrero de 2025

Solatorobo: Red the Hunter

El pasado verano hablé un poco por encima de Tail Concerto, un juego para PlayStation que pasó bastante desapercibido en su día pero que a mí me pareció muy recomendable. Hoy quiero hablar de Solatorobo: Red the Hunter, considerado su secuela espiritual.
Después del injusto fracaso comercial de la primera entrega, el estudio CyberConnect2, que había lanzado Tail Concerto con la clara intención de desarrollar un universo a su alrededor, tuvo que esperar más de diez años antes de poder continuar con sus planes. Para cuando Solatorobo por fin tuvo luz verde, ya no lo haría para contar las nuevas aventuras del policía Waffle en el reino de Prairie, sino que seguiríamos a Red en la república de Shepherd. Un cambio que probablemente vino forzado por la negativa de Bandai-Namco a participar en la secuela de un juego que apenas se vendió pero que, a cambio, nos permite descubrir nuevos lugares y enfrentarnos a nuevas mecánicas de juego.

Afortunadamente para los nostálgicos de la primera entrega, tendremos la suerte de que Shepherd es un país vecino a Prairie dentro del mismo universo de Little Tail Bronx, y a lo largo del juego nos encontraremos en alguna ocasión con Waffle y algún otro personaje del primer juego. También nos cruzaremos en nuestro camino con Mamoru-kun, un personaje creado por CC2 para un microjuego y que en su momento llegó a ser la mascota de la prefectura de Fukuoka en Japón (tristemente ya no).
Eso sí, no solo de referencias vive Solatorobo, en la aventura conoceremos a muchos personajes nuevos, empezando por el nuevo protagonista Red Savarin. Presentado con el rol de Hunter, cazador, podría considerarse un soldado de fortuna, siempre dispuesto a ayudar a quien necesite de sus servicios a cambio de un pequeño pago. Este dinero también está presente en las peleas de robots en las que podremos participar a lo largo del juego y supone un gran cambio respecto al funcionamiento del robot de Waffle ya que en función de lo que ganemos podremos mejorar nuestro mecha, haciéndolo más rápido o más resistente a los golpes, por ejemplo.

Por desgracia, a pesar haberse lanzado más de diez años después de la primera parte y a pesar del enorme cariño que el equipo puso en la nueva entrega, la Nintendo DS no era precisamente mucho más potente que la PlayStation y unos cartuchos con apenas una décima parte de la capacidad de un CD no ayudaron en absoluto a hacer que el juego mostrara todo lo que tenía que ofrecer. El diseño de los personajes en pantalla es aún más simple que en Tail Concerto, los cuidados escenarios están demasiado recortados al tener que verse en una pantalla diminuta, los controles están muy limitados por la falta de sticks analógicos y ni siquiera tendremos diálogos con voz.
Así y todo, los desarrolladores dieron lo mejor de sí para superar estos problemas. Los controles están limitados, pero a cambio todo está convenientemente ajustado para que esto nunca sea un obstáculo. No hay diálogos completos, pero algunas palabras sueltas en francés ayudan a enfatizar el tono de cada escena y a que demos voz a los personajes. Por problemas de espacio es imposible tener escenas animadas como aquellas que adornaban Tail Concerto, pero al menos tendremos a cambio una intro sencillamente magnífica. Solatorobo merecía mucho más que estar en Nintendo DS, pero está claro que la gente que había esperado más de diez años para sacar su juego adelante no se iba a dejar vencer por las dificultades.

Y si hay algo que demuestre la pasión que los desarrolladores pusieron en el juego es, me atrevería a decir, su historia. Cuando hablé de Tail Concerto comenté que el juego se sentía algo incompleto porque veíamos constantes miguitas que nos llevaban a una historia que no acababa de desarrollarse. Solatorobo opta por ir por el camino contrario. Aquí sí tendremos una auténtica historia, completamente desarrollada, y que a ratos hace que más que ante un simple juego parezca que estamos ante una película de ciencia ficción. Debo reconocer que el choque entre lo sencillo de algunas misiones y lo épico de la historia resulta a ratos extraño y también me ha parecido divertido que la historia reescriba un par de detalles de lo que vimos en Tail Concerto para que todas las piezas encajen, pero nada de esto desmerece en absoluto una historia espectacular.
En resumen, Solatorobo me ha encantado. Es una grandísima (casi) secuela que en muchos aspectos supera a un juego al que ya le cogí mucho cariño en su momento y, aunque hubiese preferido que se lanzase para una consola mejor, es imposible no admirar el afecto y el esfuerzo que la gente de CyberConnect2 puso en cada aspecto del juego. Absolutamente recomendable. Aunque el juego se encuentra descatalogado, se puede jugar fácilmente usando un emulador como melonDS y la ROM del juego, preferiblemente la versión americana ya que tiene un poquito más de contenido que la europea (aunque, eso sí, solo en inglés).

No quiero acabar sin lamentar la dolorosa decepción de saber, en retrospectiva, que, al igual que Tail Concerto, Solatorobo no recibió ni de lejos la atención que merecía, lo que hizo que el mundo de caninus y felinekos volviera a acabar tirado en un cajón durante otros diez años. No sé demasiado de la más reciente entrega, la trilogía de Fuga: Melodies of Steel, y lamentablemente lo poco que he oído sobre ella me hace pensar que el estudio abandonó parte del fantástico espíritu de estas dos primeras entregas para intentar algo diferente. Llegado el momento, probablemente le daré una oportunidad a esta nueva entrega y de ser así seguramente hablaré sobre ella. Pero, pase lo que pase, creo que tanto Tail Concerto como Solatorobo forman por sí solos un maravilloso universo digno de un gran cariño y un mayor reconocimiento.

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🔗 | Publicado: 16:13

30 de diciembre de 2024

Sand Land (2024)

En la entrada anterior me dejaba en el tintero mi comentario sobre una de las series que he visto estos últimos meses. La serie en cuestión es SAND LAND. Basada en un manga de Akira Toriyama, la serie presenta un mundo en el que el agua se ha convertido en un producto de lujo. El sheriff de un pequeño pueblo, acompañado de un par de demonios, emprenderá la búsqueda de un manantial legendario para que la gente de su país tenga agua suficiente.
Soy, probablemente, la única persona hispanohablante sobre la faz de la tierra que jamás ha visto un episodio de Bola de dragón, así que esta serie ha sido mi introducción al mundo de uno de los autores más conocidos y queridos de Japón. A pesar de estar considerado una obra menor, lo cierto es que la experiencia ha sido francamente satisfactoria, con unos personajes increíblemente carismáticos (enorme Beelzebub), montones de acción, algunos momentos muy divertidos y una ambientación excelente, la serie me ha enganchado desde el primer minuto y sin duda no podía haber pedido más. No va a cambiar mucho porque no me veo con fuerzas de embarcarme en la disparatada tarea de ponerme a ver los miles de episodios de las múltiples series de Bola de dragón, pero si una obra menor puede ser tan entretenida, entiendo el amor incondicional de tantos millones de fans por la obra principal.
Por cierto, pese a la escasa duración del anime, únicamente la primera mitad de la única temporada está basada en el manga y, como tal, cuenta una historia que perfectamente se puede dejar ahí. De hecho, esta primera mitad se lanzó originalmente como película antes del estreno de la serie. La segunda mitad de la temporada introduce una gran cantidad de nuevos personajes y escenarios para contar una nueva historia, con importantes agujeros de guion que se pueden hacer demasiado obvios, pero ofrece la oportunidad de seguir un poco más con nuestro trío de protagonistas, así que para quien les haya cogido cariño creo que vale sobradamente la pena.
Junto con la serie también se lanzó un más que notable videojuego de mundo abierto que cuenta básicamente lo mismo que el anime, de modo exageradamente expansivo (estamos hablando de cerca de 50 horas de videojuego) por lo que es básicamente café para los muy cafeteros, aunque afortunadamente con un buen número de cambios para que no resulte un calco directo.
Además de la introducción de dinosaurios y robots a cascoporro, entre esos cambios destaca la introducción de aún más personajes, algunos de ellos, irónicamente, más interesantes que algunos de los personajes nuevos de la segunda mitad del anime, así como cambios en las motivaciones y acciones de algunos de los otros personajes, en ocasiones bastante acertadamente. Me ha llamado especialmente la atención un detalle bastante menor, aunque no por ello menos desconcertante, en el que los personajes están a punto de hacer algo que hacían en la serie pero terminan haciendo algo diferente y comentan de pasada que haber hecho lo otro habría sido absurdo.
Aunque le dedico una entrada separada tal vez esta serie no sea especialmente superior a algunas de la entrada anterior. Pero, la verdad, me ha resultado enormemente entretenida, me ha dejado completamente enganchado y he disfrutado un montón tanto con la serie como con el videojuego, así que me apetecía dedicarle algunas líneas más que meramente un breve comentario de pasada.

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🔗 | Publicado: 22:49

29 de diciembre de 2024

Cuatro más

Dado que, por algún motivo y sin que recuerde bien cómo, hace un tiempo empecé a llevar un registro de los animes que iba viendo, he pensado en publicar una actualización para comentar los que han caído desde Tonari no Yokai-san el pasado verano. Han sido nada menos que cinco series en estos meses, así que voy a ir muy por encima, aunque me permito saltarme aquí la tercera de la lista, a la que dedicaré una entrada aparte.

Empiezo con Tragones y mazmorras. Un dragón ataca a un grupo de exploradores en una mazmorra mágica, devorando a la hechicera del grupo. El resto del grupo, obligado a escapar durante el ataque, vuelve a la mazmorra a rescatar a su compañera, pero sin dinero para provisiones toman la decisión de alimentarse de los monstruos de la mazmorra durante su búsqueda del dragón.
Una de las series más recomendadas del año, debo decir que me ha gustado bastante. Muy buen desarrollo del mundo mágico, buena mezcla de lore y acción, buena animación y buenos personajes. Por desgracia, saltar a una serie tan basada en la tradición occidental inmediatamente después de una serie sobre yokai tal vez no fuera una gran idea porque ver tantos monstruos familiares después de ver criaturas que no conocía de nada estropeaba un poco la parte fantástica, pero no era esto en modo alguno problema de la serie sino mío. También quiero comentar que me ha gustado el doblaje en español, con mención especial a cierto algo que le pasa a los personajes cerca del final de la temporada, donde en mi opinión los dobladores lo dan todo, momentazo.

La segunda serie de la lista es Solo Leveling. El cazador de mazmorras más débil del mundo queda atrapado en una mazmorra muy superior a su nivel y ve como la mayor parte de los miembros de su equipo, todos ellos más experimentados que él, mueren a manos de monstruos terribles. Aunque todo parece perdido, acaba despertando en un hospital prácticamente ileso y con una nueva capacidad única en el mundo que le permite aumentar su poder y aprender habilidades nuevas como ningún otro cazador.
Serie a la que llegué por su vaga similitud con la anterior, reconozco sin embargo que me costó mucho entrar en ella. Desde el momento en el que el protagonista sobrevive a su paso por la mazmorra maldita, la serie adopta una estética de videojuego, convirtiendo al protagonista en un jugador. Estadísticas, movimientos especiales, hasta un inventario con consumibles, el lote completo. Aunque entiendo que esta decisión ayuda mucho a mostrar la evolución del protagonista como cazador con un símil muy familiar, para mí chocaba frontalmente con el trasfondo dramático que quería transmitir la trama y me hacía muy difícil tomarme la historia en serio. En su defensa decir que el ritmo es fantástico e incluso con enormes dudas no se hace nada pesada, pero también debo decir que al llegar al último episodio de la temporada y ver que la historia no acaba, no me siento especialmente tentado de seguir.

Me salto la tercera de la lista y paso a Shangri-La Frontier. Un gamer con una predilección por los videojuegos basura decide darle una oportunidad a Shangri-La Frontier, considerado una obra maestra de los videojuegos de realidad virtual inmersiva.
Encontré esta serie completamente por casualidad y me hizo gracia el resumen, sobre todo teniendo Solo Leveling tan fresca. Irónicamente, a pesar de que en este caso el protagonista sí está, realmente, jugado a un videojuego, el tono completamente diferente de la serie me ayudó a aceptarlo desde el primer momento. Sin llegar a ser una serie que abrace exageradamente el absurdo, detalles tontos como la máscara de pájaro del protagonista o algunos momentos disparatados de vez en cuando marcan la diferencia por completo, ya no es una historia seria que no me puedo tomar en serio, es que no es una historia seria y la serie se molesta en recordártelo para que no te flipes.

No solo de esos momentos de humor vive Shangri-La Frontier, también ayudan, y mucho, unos excelentes personajes, donde resulta imposible no enamorarse de Ellym (desu wa!), disfrutar de algunos momentazos de Pencilgon soltándose la melena y donde incluso la arquetípica chica que está coladita por el protagonista pero es demasiado tímida para declararse tiene un papel más importante del que cabía esperar en un principio. Muy, muy entretenida, solo he visto la primera temporada pero ya tengo ganas de ponerme con la segunda, que ha empezado hace poco.

Acabo esta entrada con Dan Da Dan. Un chico que cree en extraterrestres pero no en fantasmas se tropieza con una compañera de instituto que cree en fantasmas pero no en extraterrestres y se desafían para ver quién tiene razón, solo para acabar teniendo que enfrentarse juntos a fantasmas y extraterrestres.
Uno de los bombazos de la temporada con una auténtica legión de fans, por desgracia para mí víctima de su propio éxito. Ante las críticas que la consideraban poco menos que serie del siglo tenía unas expectativas altísimas que la serie no ha llegado a cumplir. Aunque la animación es excelente y el desarrollo de toda la parte fantástica está muy bien, no me ayuda mucho a conectar con los dos protagonistas que la grandísima turbo vieja se coma la escena siempre que está presente o que los grotescos extraterrestres salidos resulten más cómicos que los líos amorosos en el cuadrángulo amoroso de los protagonistas.

No quiero desmerecer la serie y muy probablemente seguiré viéndola cuando se estrene la siguiente temporada, pero al menos en mi opinión no es esa obra maestra que esperaba encontrar. En cualquier caso, en honor a la verdad, hay un episodio en concreto que me pareció absolutamente brillante y destaca por encima del resto, por lo que entiendo y respeto que hiciera que mucha gente se enamorara de la serie.

Termino la lista en la siguiente entrada.

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🔗 | Publicado: 20:16

4 de noviembre de 2024

El helicóptero suizo

Ayer pude ver Apocalipsis Z: El principio del fin, más que digna adaptación del muy recomendable libro del mismo título (que leí hace más de diez años (!!) gracias a una recomendación de Microsiervos). No es de la película de lo que quiero hablar, sino de uno de esos detalles que a veces se nos pasan por alto pero que una vez que conoces no dejas de ver. Este helicóptero suizo.
Espera, ¿qué? Sí, si pensamos en cuál es el símbolo más obvio para indicar que algo está relacionado con la medicina, casi cualquier persona se irá inmediatamente a la icónica cruz griega de color rojo de la apropiadamente denominada Cruz Roja. El tema es que esta cruz es una marca registrada y su uso está completamente regulado, tanto por convenciones internacionales como por movidas incomprensibles de propiedad industrial.
Es por eso que, para quitarse de líos, el uso del símbolo original fuera de referencias directas es extremadamente raro. En ocasiones se opta por una cruz verde como compromiso, o los diseñadores se ponen algo creativos, como en el caso de My Little Pony: Friendship is Magic, donde la enfermera de Ponyville vio como su apenas disimulada cruz roja pasaba a tener un poco más de fantasía después del pertinente aviso del equipo legal. En la mayor parte de producciones audiovisuales, sin embargo, la cruz roja es sustituida por su más inmediato sucedáneo: una cruz blanca sobre fondo rojo. Una bandera suiza como la del helicóptero, vaya.
Aunque lo de la bandera suiza se limita a la ficción, la asociación de la cruz griega como símbolo sanitario está tan arraigada que casi todas las comunidades autónomas la incluyen de algún modo en el distintivo de su sistema de salud. Así tenemos una cruz (azul) con una estrella en el caso de Madrid, una cruz como espacio negativo en la S del servicio de salud de Castilla-La Mancha, y muchas otras cruces hasta llegar a la abstracta cruz de Asturias o la apenas visible cruz escondida en el logo de Cataluña.
Lo más divertido del tema es que, en realidad, existe un símbolo internacional para representar la sanidad, la vara de Esculapio, presente por ejemplo en el logotipo de la Organización Mundial de la Salud. Y, además, un símbolo específicamente para urgencias sanitarias, la estrella de la vida, una cruz de seis puntas que se puede encontrar en casi cualquier ambulancia. Casi cualquiera, excepto, obviamente, las de la Cruz Roja, que pueden permitirse quedarse con el original.
Por cierto, por si había alguna duda, sí, la cruz blanca sobre fondo rojo no se limita a las películas. En el mundo real, los vehículos de Suiza también utilizan su propia bandera. Eso que llevan ganado.

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🔗 | Publicado: 12:15

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